Hoy os vengo a hablar del placer. El placer es sanador. Parece una verdad muy obvia pero no lo es.
De hecho, cuando hablo del placer en mi consulta o en los talleres, el público directamente piensa en el placer sexual. ¿Por qué?
El placer está infravalorado por un lado y por otro, cuando ya estamos en el contexto sexual, se lo pasa por alto. Como si un acto sexual no estaría relacionado con nuestra capacidad de vivenciar el placer en nuestro día a día.
A veces podemos confundir el placer con el alivio. Cuando tras un día de hacer recados, nos echamos en el sofá, nos servimos un vaso de vino, arrancamos netflix, y nos relajamos… se puede confundir con el placer pero no lo es… es que el impulso negativo desaparece y eso nos lleva al alivio pero está lejos de un placer verdadero.
Los tiempos de hedonismo
Los tiempos de hedonismo- compra compulsiva, sexo compulsivo, comida compulsiva…parece placentera pero es de esos placeres momentáneos que pasa rápidamente y además nos deja sintiéndonos culpables.
Y con eso podemos distinguir el placer que nutre, el placer que deja una huella en todo nuestro ser, que nos deja plen@s y el otro que se sacia de forma rápida sin dejar un rastro menos el sentimiento de culpa.
La triste verdad es que vivimos en los tiempos donde hay una crónica falta de placer.
Aunque echando un ojo a la publicidad con la que nos están bombardeando parece todo lo contario. Me recuerda eso un estudio que se hizo sobre la actividad de las personas en sus RRSS. Cuanto más actividad , más triste, vacía la vida real. La característica de los tiempos decadentes que estamos viviendo. Las contradicciones por todos lados.
Nuestro sistema de recompensa
El placer está directamente conectado con la activación de nuestro sistema de recompensa, relacionado con nuestras funciones biológicas y de sobrevivencia como especie. Se iba refinando según íbamos evolucionando y ya no asociamos la comida solo con saciar la hambre sino con satisfacer nuestra necesidad de saborear algo rico. El sexo ya no es para reproducirnos solamente sino para gozarlo.
El placer lo vivenciamos con los 5 sentidos pero también dependerá de cómo interpretamos una experiencia. Que connotaciones le damos según nuestras vivencias pasadas, nuestro capacidad de disfrute…
El problema es cuando el intelecto se interpone. Cundo a la vivencia le añadimos una interpretación y una valoración.
Imaginaros que estáis aprendiendo una nueva actividad, un deporte, como montar a caballo, por ejemplo. Al principio lo más probable es que vais a pasar por una fase de frustración, quizás miedo. Vais a sentiros incomod@s, torpes…El cuerpo no está relajado para disfrutar, se tensa y mandara señales al cerebro lejos de ser placenteras.
Con los retos pasa eso…. Hay placer solo cuando nuestras exigencias y juicios hacia nuestro aprendizaje no superan la satisfacción por aprender una nueva destreza y haberlo sentido con todo el cuerpo. Allí entra nuestra capacidad de sentir el placer.
Para poder sentir el placer el primer requisito es que el cuerpo tiene que estar predispuesto a recibir cierto tipo de activación. Tiene que estar relajado, para empezar. El sistema nervioso tiene que estar en modo parasimpático para permitir lo bueno. Solo de esa manera vamos a tener acceso al placer, que nos nutre, a experimentar con todos nuestros sentidos.
De lo contrario, seguiremos devorando las cosas
De lo contrario, seguiremos devorando las cosas (comida, tacto, sexo, arte) sin vivir la vida de verdad.
Solo desde la relajación podemos recibir esa activación sensorial y experimentarla como placentera. Si estamos tensas no sentiremos el placer, quizás ni sabremos qué está pasando con nuestro cuerpo, porque la frustración (la cabeza) nos supera.
A veces estamos orientad@s al cumplir con los objetivos y nos olvidamos de disfrutar por el camino.
Los retos es una cosa muy positiva y activa esa parte de cumplir con los objetivos, donde el foco está en mejorar nuestras competencias, pero eso no quita que podamos estar en la receptividad, el placer y nutriéndonos con la actividad que estamos desempeñando.
Los retos tanto en el sexo como en el trabajo nos permiten desarrollar las destrezas pero a la vez nos pueden alimentar a nivel emocional.
El placer nutre y nos es indispensable para la sobrevivencia. Un reto al que nos acercaremos poco a poco nos puede dar eso. Sin embargo, cuando el reto es demasiado grande, el sentimiento de frustración nos superara.
La capacidad de abrirnos a los impulsos desde fuera es el primer requisito para poder experimentar el placer. Pueda haber una preferencia por un sentido u otro pero el construir esa receptividad es nuestro camino hacia el placer.
¿El placer está relacionado con la liberación de las endorfinas?
Ahora una verdad que no es verdad del todo: El placer está relacionado con la liberación de las endorfinas. Pero realmente las endorfinas también se liberan cuando cesa el dolor. Por eso una ducha fría, o un esfuerzo físico es cuando las endorfinas se disparan para contrastar las incomodidades por el frio y contracción de los vasos sanguíneos, o falta de oxígeno cuando estamos corriendo …que es un estrés para nuestro cuerpo.
Lo interesante es que nuestro sistema de recompensa se puede educar. Entonces nuestro cuerpo reacciona con el placer de forma individual porque depende como lo hemos entrenado.
El placer es algo muy amplio que nos nutre a diario. Y no se lo puede separar de la vida sexual. La capacidad de sentir el placer sensual en la vida diaria se traduce directamente al placer que somo capaces de experimentar durante un acto sexual. Cada persona, según haya educado su sistema de recompensa (que siempre se puede reeducar) va a vivir el placer de manera muy particular.
¿Cómo hacerlo? Dando al cuerpo lo que realmente es bueno para él, aprendiendo a escucharlo, entrando en contacto con él, conociéndolo, aprendiendo que es lo que le gusta. Y una advertencia: evita las compulsiones y excesos porque hasta un exceso del placer puede ser perjudicial.
Y otra cosa importante: no se puede experimentar el placer forzándolo. Si nuestro sistema esta estresado, poco receptivo, no vamos a poder entrar en la actividad con el cuerpo.
Sistema nervioso parasimpático es la base de funcionamiento sano del cuerpo y de la mente.
¿Cómo activarlo? Aquietando la mente, dejándose fluir. Uno de los primeros ejercicios que enseño en la consulta es aprender a relajarse. Como la gente quiere una vida sexual plena si viven con el cortisol disparado gran parte del día? ¿Cómo van a poder conectar con las sensaciones si su mente no para ni por un minuto?
La cultura en la que vivimos nos ha educado a vivir la sexualidad de forma mecánica- sexo intenso, rápido orientado a una meta- el orgasmo…las emociones están prácticamente ignoradas.
Otro mensaje que se nos envía es que el placer está por todos lados pero hay que pagar por el. Allí tenemos las compulsiones. Hay una manipulación constante a la que estamos expuest@s… el placer verdadero va en contra de la sociedad productiva así que no interesa enseñarnos como cultivarlo. No estamos educad@s para disfrutar del cuerpo, del momento. Vivimos orientad@s a la productividad, entonces ese placer individual puede estar mal visto, va contra los intereses sociales. Quizás por eso, en el lenguaje se relaciona tanto con el placer sexual, como si fuera el único ámbito donde estuviera valido, aún así trivializándolo.
Para disfrutar del placer es imprescindible ralentizar el ritmo de vida. Y eso tampoco va con la cultura capitalista.
tu sistema de recompensa se puede re-educar
Pero repito: tu sistema de recompensa se puede re-educar. ¿ Cómo educas el tuyo? Que placeres te das? Los que te dejan vací@ o los que te nutren?
Y lo mejor del todo es que cuanto mas placer te permites, más fácilmente vas a poder sentirlo en cualquier cosa. Si afinas tus sentidos, los afinaras para todo. Quizás antes pasabas al lado de una flor con un aroma embaucador y ni se te ocurría parar y olerla. Una vez desarrollas tus sentidos, tu vida va a ser más rica.
Ya tenemos la respuesta al por qué cuesta tener relaciones sexuales placenteras. Por qué estamos educadas en la orientación hacia los objetivos. ¿Si buscas el objetivo en el sexo evaluando la calidad de la relación por la existencia o el número de orgasmos, que esperas? Todo lo que te estás perdiendo por el camino solo lo verás, cuando cambies tu modo de vivir y empieces a saborear cada instante, escuchar, tocar, sentir, olfatear… volver a tus sentidos, a tu cuerpo.