Hoy os traigo un relato de mi amiga que escribió a raíz de nuestro encuentro sorpresa.
A unos 30 metros, por el rabillo del ojo se me escurre la silueta conocida de Aleksandra. No veo sin gafas pero creo que podría reconocerla entre cientos de personas. Es muy esbelta, alta, delgada y siempre va acompañada de Charco. Su enorme perro negro, bonito y fuerte. Cariñoso, fiel e inteligente. Reconocería a ambos a leguas. Me encantan ambos los dos. Tienen esa energía fresca que repara, que alimenta y que me lleva a encontrarme con la mía propia.
Me encanta abrazarla y serle completamente sincera de como me siento. Es muy liberador. Cuando te pregunta cómo estás puedes serle absolutamente sincera sobre cómo te sientes porque es capaz de hacerse cargo. De sostener lo que respondas y de acompañarlo. Bien sea alegría, pena, dolor o excitación. Tiene un sentido común muy genuino, muy en armonía con la naturaleza humana y creo que por eso me encanta. También es clara cuando habla y sincera y directa.
Es polaca pero se comunica a la perfección en castellano (y en inglés) admiro muchísimo esa faceta. No da vueltas. Y es tan curiosa como un gato. Con una curiosidad genuina propia de la infancia que los adultos castran a voluntad a medida que crecen por culpa de imposiciones sociales arbitrarias. Está muy por encima de eso, lleva toda la vida haciendo lo que le nace, es valiente y muy divertida. Tiene toda la luz del sol en la sonrisa.
De fondo, el desfile de carnaval y su ruidosa sinfonía nos da intimidad:
¿Cómo estás? -me pregunta, después de darnos un beso en la boca. Me encanta esa espontaneidad del beso casto y a la vez juguetón en la boca. Totalmente fluido y liviano, como su energía.
-Estoy cachonda. Llevo días cachonda. Estoy tan cachonda que creo que estoy enfadada y todo. Necesito piel, sexo, amor y devorar a mi pareja a la que llevo sin ver 3 semanas por trabajo. Aaaaaggghhh. Ahogo un grito,- Dios que alivio poder decirlo en voz alta.
Ella se ríe. ¿Y los niños? ¿Cómo vas a hacer?
-Los voy a drogar con leche, miel y melisa y a las 9 y media a dormir todo el mundo porque necesito hacer el amor urgentemente. Reímos las dos.
-Y tú, ¿Cómo estás?.-
-Pues dejo mi consulta presencial y solo voy a dedicarme al trabajo online. El último taller de «Empoderamiento femenino a través de la felación» casi se me cae porque recibí muchas críticas porque me argumentan que la palabra ‘empoderamiento’ esta mal utilizada en ese contexto. ¿Tú cómo te sientes cuando se lo haces a tu pareja?.
Creo necesario generar debate al respecto
-Me encanta, es una gozada, un disfrute mayúsculo colmar de placer a la persona que amas.. no sólo no me siento vejada, y ojo, puede que me sienta dominada en un juego sexual que no obedece a lógicas. Entiendo que el subconsciente colectivo cargue con todo el peso de la cultura de la violación, y creo necesario generar debate al respecto pero creo que, en mi caso concreto, obviamente solo puedo hablar por mi, me parece un juego tremendamente poderoso.
Oscar Wilde decía que todo tiene que ver con el sexo, excepto el sexo. El sexo se trata de poder. 🔥
Sinceramente pocas cosas me otorgan más poder que mantener contacto visual, incluso desafiante, mientras se la chupo. Esta tocando el cielo y soy yo la que tiene las llaves del paraíso.
Es más, una de mis fantasías que le susurro al oído y que es infalible, es cuando le narro a mi pareja como me encantaría besarme con otra mujer mientras se la comemos entre las dos…que uno nunca sabe si quiere materializar la fantasía, que con el simple hecho de jugar con el deseo ya me siento alimentada.
…una memoria animal se apodera de la lógica
Y hablando de sentirme alimentada.- hago una pausa y me rio porque me resulta muy divertido sentirme tan segura para verbalizar esto en voz alta.- Me encanta beberme su leche, me encanta que se corra en mi boca mientras le miro. Está entregado, feliz, exultante de como le pongo todo el mi amor...porque ahí en ese preciso instante tengo su alma en mis manos. Es una energía salvaje, como un rito ancestral, una memoria animal se apodera de la lógica. Me siento muy empoderada (yo soy la artífice absoluta de tu placer) es que, joder, me siento muy viva.
Creo que el sexo tiene una carga social y cultural muy grande y que, desde una heteronormatividad mal empleada puede ser que cargue toda la idiosincrasia limitante propia del contexto sociocultural pero desde el autoconocimiento, desde el amor y desde el juego el sexo es un escenario de liberación. Y que si se establecen consensos puede ser un juego delicioso. Además es carnaval… yo esta noche me voy a poner las botas, Alek.✨😜🔥💥
Espero que el relato de mi amiga te haya inspirado y te haya hecho pensar de cómo el juego sexual, y la felación sobre todo puede empoderarte.